Cristina SierraBarcelona
Se acerca el verano y tener un cabello brillante, liso y libre de encrespamiento es un poco más difícil (playa, piscina, sol intenso: enemigos acérrimos de tu pelo pese a la diversión). Aunque está la opción de dejar secarla al aire y hacerse una serie de peinados para dar forma a la melena, los salones de belleza ofrecen cinco tratamientos diferentes que garantizan lucir un pelo liso sin castigarlo más con aparatos eléctricos como la plancha o el secador.
Joan Pijoan, peluquero en la pasarela 080 Barcelona Fashion y de artistas como David Bisbal, explica a La Vanguardia.com cuáles son estas técnicas y sus beneficios a la hora de aplicarlos. “Aunque son tratamientos que se pueden hacer en cualquier época del año, siempre recomiendo hacerlos entre los meses de abril y junio, ya que en verano hay mucha humedad y el pelo se encrespa y sufre con el calor. Además le va genial un respiro de secadores y planchas”, afirma.
La enzimoterarapia, la taninoplastia, la queratina, el alisado japonés y el alisado progresivo son las cinco técnicas que existen actualmente. ¿La mejor? Según el experto, el primer tratamiento es el más novedoso y contiene mejores productos. No obstante, todos los procedimientos son efectivos pero siempre se tiene que tener en cuenta la necesidad del cliente y el tipo de cabello.
Desde hace unos meses, las peluquerías están apostando por este tratamiento que alisa el cabello con productos formulados con componentes naturales: enzimas de árboles y frutos, aceite de Argán y vitamina C, garantizando un cabello sano, brillante, sedoso y sin encrespar. “Deja un resultado muy natural y si cuando te lo haces quieres un pelo mucho más liso, puedes utilizar el secador o las planchas”, apunta.
El protocolo de aplicación dura unas tres horas, dependiendo de la longitud y volumen de cada melena. En primer lugar se lava el cabello con un champú especial que abre la escama del cabello para que el producto impregne mejor, y se aplica una mascarilla que equilibra el PH. A continuación, se seca y se pone el producto para alisar, siempre de raíz a puntas, que se dejará reposar durante unos 30-40 minutos. Acto seguido se vuelve a lavar para retirar el producto y se seca con la ayuda de las planchas. “Se trabaja a una temperatura de entre 190 y 230 grados y dependiendo del cabello se insiste más en la raíz. Eso sí, siempre un máximo de diez pasadas”, explica Pijoan. Para acabar, se vuelve a lavar solo con agua, se aplica la mascarilla y el pelo se deja secar al aire.
Este procedimiento es el mismo que se sigue en la técnica de la taninoplastia. “Si cuando lo dejamos secar vemos que hay una zona que no ha quedado completamente lisa se puede repasar sin problemas, ya que el efecto del producto no se va hasta que no lo lavas”, apunta el experto. La enzimoterapia tiene un precio de entre 100 y 400 euros, dependiendo de la cantidad de melena, y puede durar un año.
Antes de aparecer la enzimoterapia, el tratamiento que más se utilizaba era la taninoplastia, un procedimiento también natural que hidrata el cabello en profundidad, lo repara y controla el encrespamiento. Esta técnica está elaborada con los taninos, es decir, conservantes de origen vegetal que están en la corteza de los árboles, vino o fruta. El producto actúa desde el interior del pelo generando una cadena proteica dentro de la fibra capilar que cuando se aplica el calor, lo hidrata y alisa al momento.
El método es exactamente el mismo que la enzimoterapia, lo único que cambian son los productos ¿Pero cuál es mejor de los dos? “El segundo es mucho más efectivo, hablamos de un tratamiento innovador que proporciona una mayor protección a la melena frente a los factores externos. Los dos regeneran la fibra capilar y la alisan, dejando un cabello seco y encrespado completamente hidratado”, asegura el profesional.
También el tiempo de duración no es el mismo, ya que la taninoplastia suele durar de cuatro a seis meses y el precio es muy similar. Un dato importante es que, tras someterse al tratamiento, se recomienda utilizar los champús, acondicionadores y mascarillas sin parabenos, indicados para mantener la efectividad.
Aunque se suele pensar que el alisado de queratina es como el japonés, lo cierto es que es un método que sirve estrictamente para hidratar el pelo de la raíz hasta las puntas, no para alisar. “Lo que hace es nutrirlo. Hace tiempo se prohibieron aquellos tratamientos que estaban formulados con formol y ahora ha perdido efectividad. Solo lo usamos cuando se quiere tener una melena sana. Sí que alisa pero no dura mucho”, dice el peluquero.
Este tratamiento, que dura unas tres horas aproximadamente, es muy similar a la taninoplastia y a la enzimoterapia a la hora de aplicarse. En primer lugar, se lava el cabello con un champú especial, se aplica la mascarilla y a continuación se seca para poder aplicar el producto, que deja el cabello mojado. Entonces se vuelve a secar, esta vez con cepillo y planchas para que el producto haga su efecto. Para acabar, se vuelve a lavar y se deja secar al aire. ¿Su precio? Entre los 50 y los 100 euros.
Este tipo de alisado fue uno de los primeros que se empezó a hacer en las peluquerías. Pero atentos, porque no es apto para cualquier melena. “Solo se puede utilizar en cabellos vírgenes y sanos, es decir, que no estén teñidos o con mechas y que no estén secos y se rompan”, señala Pijoan.
Aunque tuvo su época de máximo esplendor hace años, lo cierto es que ahora esta técnica se hace muy poco, de hecho, hay muchas peluquerías que ya no lo ofrecen, ya que son productos caros y hay muy poca gente que se lo pueda hacer, teniendo en cuenta que tiene que ser un pelo natural.
Su principal beneficio es que deja una melena completamente lisa. “Con la taninoplastia y la enzimoterapia se obtiene una cabellera lisa pero moldeable, se puede ondular o dar forma sin problemas, pero en este caso es imposible porque se queda un pelo tieso”, añade.
Su aplicación es bastante parecido a los anteriores tratamientos, excepto por el hecho de que se usa el producto con el cabello mojado y no seco. Su precio es mucho más alto (a partir de 200 euros), aunque eso sí, cada vez que el pelo crece solo se retoca la zona de la raíz, como si fuera una permanente.
Aquellas personas que no quieran gastarse tanto dinero en estos tratamientos pueden recurrir al alisado progresivo, una técnica que se puede hacer en casa. ¿En qué consiste? Firmas como L’Oréal, Abril et Nature o TRESemmé ponen a disposición de sus clientes una gama compuesta por un champú, mascarilla y spray corrector que alisará el cabello de forma gradual. Solo es efectivo cuando se utilizan los tres productos y de manera continua, es decir, si se aplica una vez no se obtendrán los resultados esperados.
Este método puede tener un precio de entre 40 y 50 euros y se puede comprar en las peluquerías o centros de belleza.
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