Inicio » Energía » Nuevo récord en el precio del MWh: cómo pagar menos de luz
El megavatio/hora vuelve a batir su máximo histórico cada poco tiempo. Según los datos que facilita el Operador del Mercado Ibérico de la Electricidad (OMIE) ahora cuesta el triple que hace un año. Ajustar la potencia, adquirir ciertos hábitos de uso y cambiar de comercializadora alivian el importe final de la factura de la electricidad.
por Luzía Green, 01/10/2021No es posible hacer milagros, pero los usuarios pueden adoptar algunas medidas para ahorrar en la factura de la electricidad.
n los últimos meses el precio del megavatio hora (MWh) está subiendo, con perdón del chiste malo, a la velocidad de la luz.
Tanto es así, que actualmente lo pagamos a unas seis veces que lo que costaba hace apenas un año. Y lo peor es que, según advierten los expertos, la tendencia no tiene visos de que vaya a cambiar.
Los informativos y los periódicos continuamente hablan del nuevo récord que bate este indicador, que ya se sitúa por encima de los 200 euros. De hecho, su precio fluctúa cada hora.
La consecuencia de esta escalada que no parece tener fin es el encarecimiento de la factura de la luz.
Pero, ¿qué se puede hacer para contener este gasto o rebajarlo en la medida de lo posible? Desde aluZina, la nueva zona de comercialización de energía de Movilonia.com, os damos algunos consejos y recomendaciones para pagar menos de luz:
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Haciendo exactamente el mismo uso es posible pagar menos (o más) con una comercializadora eléctrica u otra. Así que el hecho de comparar los precios de la potencia contratada y los KWh consumidos con una empresa u otra (o incluso con las distintas tarifas que tiene cada una) puede suponer un importante ahorro.
Además, conviene tener en cuenta que la electricidad es un servicio de suministro básico e imprescindible que hay que se abona todos los meses (o cada dos).
Tomemos como ejemplo el de una persona que reside en un piso y paga una media de 65 euros al mes. Hace una comparativa con otra opción y calcula un ahorro de 9 euros en cada factura. Inicialmente puede parecer poco y que quizás no merezca la pena. Sin embargo, ese importe acumulado a lo largo del año le supondría un ahorro acumulado de más de 100 euros.
Para pagar menos luz conviene comparar el precio de la potencia y el de los kilowatios hora (kWh) con la comercializadora actual y con otras y cambiar si resulta más económico.
A diferencia de las portabilidades que se hacen en los servicios de fibra y móvil, el proceso es mucho más sencillo. No se produce ningún corte en el servicio y se requiere la visita de ningún técnico.
Y para las personas a las que les da pereza o no tienen tiempo para estudiar cuál es la mejor alternativa, simplemente le tienen que adjuntar su última factura a nuestra compañera Luzía Green. Ella se encarga de todo de forma gratuita y sin compromiso. Compara con distintas comercializadoras y responde con la opción más adecuada en cada caso. Si se está de acuerdo, también se encarga del trámite del cambio (por supuesto, también sin coste).
Hay una parte de la factura de la electricidad que es lo que se conoce como el término fijo. Esta parte se abona independientemente del consumo. Tanto es así, que en las segundas residencias hay que pagar este mínimo aunque todo esté desconectado y no se haga ningún uso durante meses.
Entonces, ¿cómo es posible ahorrar en este concepto? Ajustando la potencia. Conviene tener una cantidad adecuada, de forma que no resulte insuficiente. Pero que tampoco sobre demasiada.
Si está por debajo de lo necesario, sucederá lo que se suele denominar «saltar los plomos». Es decir, al utilizar varios electrodomésticos simultáneamente (por ejemplo, el aire acondicionado, la lavadora y el microondas), el limitador de potencia se desconecta e interrumpe el suministro.
Tampoco conviene tener contratada una potencia excesiva, ya que eso encarece la factura todos los meses de forma innecesaria.
Aumentar o reducir la potencia tiene un coste en ambos casos. Sin embargo, con el cambio de regulación del sector eléctrico que entró en vigor el 1 de junio de 2021 es posible llevar a cabo un par de modificaciones gratuitas hasta el 31 de mayo de 2022.
Otra de las novedades de esta nueva normativa es que ahora es posible disponer de dos potencias distintas, en lugar de solo una como antes.
Lo mejor es consultar con un electricista o con un especialista para conocer cuál es la cantidad más adecuada en cada caso.
En 2012 se prohibió la fabricación de nuevas bombillas tradicionales y en 2018 le llegó el turno a las halógenas. Sin embargo, se pueden vender hasta que se agoten las existencias. Y muchas casas todavía se iluminan con este tipo de lámparas.
Cambiando las bombillas clásicas por otras de led implica un importante ahorro de energía eléctrica. Además, generan mucho menos calor e iluminan más.
Sustituirlas por iluminación led es caro inicialmente, pero compensa por el ahorro que se obtiene a medio y largo plazo, ya que consumen unas cinco veces menos.
Además, este tipo de bombillas no solo resultan mucho más eficientes, sino que generan mucho menos calor y son hasta ocho veces más duraderas.
A la hora de adquirir un nuevo electrodoméstico es importante fijarse en la etiqueta de eficiencia energética. Si es A+, A++ o A+++ puede llegar a consumir hasta un 55% menos que un aparato convencional.
La Asociación Nacional de Fabricantes e Importadores de Electrodomésticos (ANFEL) señala que optar por un horno, lavavajillas, lavadora, secadora y frigorífico A+++ supone un ahorro anual de casi 1.200 kWh. Y eso, traducido a euros, son más de 200 euros cada 12 meses.
Más allá de adquirir o renovar equipos eléctricos con etiqueta A+++, el uso que hagamos de ellos también puede suponer un ahorro en el consumo. Estos son algunos consejos que conviene tener en cuenta en la cocina:
Utilizar tapas y apagar la vitrocerámica unos minutos antes de terminar de cocinar permite ahorrar luz.
Todos los aparatos que están enchufados consumen electricidad a pesar de que no se estén utilizando. Es el caso del cargador del móvil después de la batería haya alcanzado el 100%.
Es lo que se conoce como el modo standby. En muchos casos el dispositivo cuenta con un pequeño piloto que suele ser de color rojo. Lo tiene el televisor, el descodificador, el monitor del ordenador, muchas cafeteras…
Obviamente el gasto es mucho más bajo que cuando se están utilizando estos aparatos, pero conviene tener que en cuenta que permanecen en este estado de hibernación durante las 24 horas, los 7 días de la semana.
¿Cuánto implica tener todos estos aparatos en reposo? La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) calcula que ese consumo residual, acumulado a lo largo de todo el año en un hogar medio, suma unos 450 kWh.
Los expertos en climatización recomiendan mantener una temperatura de entre 22 y 25ºC durante los meses de veranoy entre 19 y 21ºC para los de invierno.
Hacer descender (o aumentar) cada grado centígrado implica un promedio de un 7% de consumo adicional. Por eso no conviene rebasar estos umbrales.
Y para conservar mejor la climatización, resulta esencial que la vivienda esté correctamente aislada.
Eso se puede conseguir con algunas acciones:
Disponer de doble acristalamiento, subir o bajar las persianas y tener cortinas permite conservar mucho mejor la temperatura interior de una vivienda. Haciendo un uso adecuado de estos elementos es posible ahorrar mucha electricidad.
Este semáforo resume los horarios punta, llana y valle.
Algunas comercializadoras disponen de un único precio para el kWh que aplican durante las 24 horas, los 7 días de la semana. Sin embargo, desde la entrada en vigor de los cambios que introdujo el Gobierno desde el 1 de junio de 2021, se establecen tres precios distintos que varían según el día y la hora.
Esto implica que, por ejemplo, utilizar el horno a 180ºC un miércoles entre las 13:00 y las 14:00 (tarifa punta), no cuesta lo mismo que hacerlo un poco más tarde (entre las 14:00 y 15:00, que es tarifa llana), que utilizarlo un sábado a cualquier hora (tarifa valle).
Por tanto, en la medida de lo posible, conviene modificar los hábitos de uso de ciertos electrodomésticos (lavadora, secadora, lavavajillas…) para aprovechar las horas y días valle (básicamente, por la noche y durante los fines de semana).
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