Han caído en mis manos dos aparatos peculiares. Se llaman Roborock Dyad y Tineco Floor One S3. La primera marca les sonará. Es una empresa joven, que empezó haciendo robots aspiradores para Xiaomi y ha acabado haciendo los suyos propios. La segunda es una marca del grupo Ecovacs, que hasta ahora no había hecho mucho ruido en nuestro país, pero con larga tradición en otros mercados.
Pues bien, estas dos compañías se han propuesto poner de moda un tipo de aparato para limpiar el hogar, en absoluto fácil de definir. Se trata de un aspirador de mano, como pueden ser las Dyson, pero que a la vez es capaz de fregar, como lo pueden hacer las máquinas combinadas de Cecotec o la propia Roborock. Y todo al mismo tiempo. El sueño 'húmedo', nunca mejor dicho, para muchos. Nada de limpiar antes de limpiar. Un aparato ideal, sobre el papel, para los 'haters' de la limpieza y perezosos de la tarea doméstica que puede incluso desplazar al robot aspirador en el primer puesto de lista de deseos.
Estas son las aspiradoras más copiadas del mundo: Dyson vs. sus mejores clones chinos Michael McloughlinEs de ley decir que el invento no es nuevo. Hace años que otras compañías y marcas blancas han sacado propuestas similares para conseguir esta suerte de aparato todo en uno. A día de hoy, no es difícil encontrar aparatos similares, aunque es cierto que en España la oferta es bastante más reducida que en otros mercados como EEUU o Reino Unido.
Esta idea de mocho 2.0 multiusos nunca ha tenido mucha aceptación. Probablemente porque la tecnología necesaria para una buena experiencia era muy cara y los modelos que llegaban al mercado a precios asequibles dejaban que desear en su resultado final. O porque tenías que andar atado a un cable y un enchufe que nunca llegaban donde realmente querías. Por eso, siempre han sido percibidos como una extravagancia que muchos no tenían ni localizada más que como algo realmente útil.
La mejor muestra de ello, un estudio sin ningún tipo de rigor científico, es la reacción de mis amigos en Instagram. Cuando subí una historia de cómo devoraba una mezcla (todo con objetivos experimentales) de agua y pan que había desparramado intencionadamente por el parqué de mi salón, muchísimos de ellos contestaron muy sorprendidos por el resultado. "Esto es lo que necesito para las potas de mi perro", me escribía uno de mis contactos.
A través de la prueba de estos dos modelos, la idea es resolver la cuestión de cómo de efectivos pueden ser estos aparatos y realmente ver para qué sirven y para qué no. Obviamente en ambos casos, se trata de modelos inalámbricos. Los diseños, aunque tienen matices, son muy parejos y comparten varios elementos en común. El precio de uno y de otro también se encuentra en línea, aunque no es exactamente el mismo. El Roborock Dyad tiene un precio oficial de 429 euros, pero ya se puede encontrar entre los 379 (en AliExpress). En el caso del modelo de Tineco, se puede encontrar por449 euros.
Hemos visto ideas similares atrás en el tiempo, pero ahora han alcanzado una mejor factura técnica
No es una una distancia enorme, pero sí que es cierto que puede ser un pequeño pellizco que decante la decisión. Antes de nada es importante saber una cosa. Si tienes la casa llena de alfombras, probablemente, no te interese mucho. ¿Por qué? Porque no se maneja bien con ellas. Tendrás que andar retirándolas, ya que no es efectivo sobre estas superficies. Esa es su mayor pega: no sirve solo para aspirar. Sin embargo, si este no es tu caso o tienes grandes habitaciones de suelo duro (baldosas, parqué, cemento) cualquiera de estos modelos puede ser una herramienta interesante a considerar.
Nos encontramos unos aspiradores muy similares, que se manejan desde una empuñadura superior que combina elementos metálicos y elementos plásticos. No esperes grandes planteamientos de diseño. Son electrodomésticos y no intentan ocultarlo. Tampoco tenemos colores estridentes. Es todo muy sobrio. Juegan con el clásico blanco y negro, así que no va a desentonar en ninguna cocina.
En el caso de la Floor One S3 de Tineco tiene una longitud de 70 centímetros, lo que particularmente me ha resultado una medida cómoda. El peso del dispositivo es de 4,5 kilogramos. A eso hay que sumar el peso que suma el depósito de 0,6 litros de agua limpia cuando está lleno. El depósito de residuos es de 0,5 litros. En líneas generales se puede decir que es un diseño algo más estilizado que el de la Roborock. Sea cual sea nuestra elección, en ambos casos suponen un ahorro importante de espacio, ya que la intención es la de sustituir al aspirador y la fregona.
El Roborock Dyad es un aparato más pesado con 5,2 kg. También es ligeramente más largo. Sus depósitos también son más voluminosos, con una capacidad de 0,85 litros para el agua limpia y 0,62 para la sucia. Eso significa que vas a tener algo más de margen a la hora de rellenarlo y vaciarlo.
Personalmente, yo he cambiado el agua prácticamente cada vez que terminaba cada limpieza. Me he ocupado de tirar el agua sucia, porque me resultaba algo guarro dejarlo ahí abandonado hasta la siguiente ocasión.
A simple vista cualquiera de los dos modelos puede parecer un buen armatoste, pero ambos se manejan con cierta soltura. A diferencia de un aspirador de mano, esto no está concebido para andar levantándolo, sino para deslizarlo por el suelo. No ha sido mi caso, aunque comprendo que pueden resultar algo pesadas para algunos, pero hay que tener en cuenta que esto va de empujarlo, no de levantarlo. Algo a lo que ayudan los rodillos cuando están en funcionamiento, ya hacen cierta fuerza y facilitan que se deslice por la superficie de turno. En resumen, no es el aparato más cómodo de mover, pero no es un trabajo mayúsculo hacerlo. La mayor complicación que me he encontrado es a la hora de maniobrar entre las patas de las sillas del comedor o las de la pequeña mesa de escritorio que tengo en el salón.
Cada una tiene sus pegas y sus puntos mejorables. Por ejemplo, la de Tineco tiene un pie menos elevado, de manera que, si queremos introducirlo por debajo de un armario o un hueco, tenemos más margen. Con Roborock Dyad hay que hacerlo lateralmente, porque, si no, directamente no entra. Sin embargo, este modelo gira con más facilidad cuando se encuentra con una esquina o un obstáculo.
Insisto, no son diferencias abismales, pero son pequeños detalles de los que uno se va dando cuenta según va haciendo uso de estos aparatos. En el caso de la Dyad, Roborock, además, ha puesto una pequeña patilla, como la de las bicis o las motos, para que se sostenga en caso de que no tengas dónde apoyarla en algún momento y no esté la base a mano.
Antes de entrar a valorar la capacidad de limpieza de cada uno de los modelos, hay que hacer una serie de apuntes. La Tineco Floor One S3 apuesta por un único cepillo mientras que su rival tiene tres, uno en la parte frontal y dos alineados en la parte trasera. Cada parte está impulsada por un motor independiente que rota en una dirección (la delantera hacia atrás y la trasera hacia delante) de manera que podría atrapar mejor la suciedad seca y la húmeda al mismo tiempo con más fuerza o eficacia.
Te salvan en la limpieza diaria. Pero no dejes que las manchas se resequen. No hacen milagros
Ambos aparatos tienen un planteamiento muy similar en sus funciones. Tienen un modo automático y tienen un modo Max, en el que suelta más agua y suben las revoluciones para una limpieza más profunda. En el modo automático los dos son capaces de detectar, supuestamente, cómo de sucio está el suelo. ¿Lo logran? Digamos que lo hace a brocha gorda.
Con el piloto automático activado, me he encontrado que el Tineco tardaba más en reaccionar. Con la Roborock me ha pasado exactamente lo contrario: lo hacía con demasiada facilidad y soltaba bastante más agua de la necesaria. De todas maneras, para una limpieza diaria y el mantenimiento del suelo, a excepción de que hayas tenido un siniestro doméstico, una fiesta o tu mascota te haya dejado un regalo insospechado después de atragantarse con sus propios pelos, el modo normal te debería dar de sobra. Cuando la terminas, el suelo queda ligeramente humedecido, pero no exageradamente, y rápidamente está seco.
Vamos a lo importante. ¿Te libra de la escoba y el mocho? En el mantenimiento regular y diario de la casa, sí. Me atrevería a decir que en el 95% de las ocasiones, siempre que no haya una alfombra por medio, también. Hubo un momento, una prueba concreta, en la que los dos aparatos se atragantaron. Volqué una taza de agua y medio paquete de café molido en el suelo. Al intentar devorarlo, como el montículo era tan grande, lo que hacían era arrastrarlo y manchar más. Le costaba tragarse tal cantidad y tan concentrada.
¿Qué tal lidia con las manchas del suelo? Lo primero que diré es que ambos modelos friegan mucho mejor (y cuando digo es mucho mejor, es mucho) que un robot aspirador de esos que se dedica a pasar una mopa húmeda por el suelo. En las contigencias diarias, he podido dejar el suelo niquelado sin gran esfuerzo. Pero también es cierto que, con la suciedad reseca, el resultado depende mucho de lo que se trate. Por ejemplo, cuando he dejado Coca-Cola durante varias horas en las baldosas de la cocina hasta secarse, no he tenido problema, aunque ha requerido de alguna pasada adicional.
Es aspirador y fregona. A la vez. No hay opción para que aspire o friegue. Esa es pega
Sin embargo, cuando la mancha tiene algo de sustancia (una salsa de tomate casera) y se ha secado, la historia cambia. Ninguno de los dos ha conseguido sacarla del todo, a pesar de varias pasadas, y he tenido que 'rascar' un poco. Con la fregona ocurre tres cuartas partes de lo mismo. Cabe puntualizar que lo normal suele ser limpiar después de cocinar o comer, así que no hay margen para que se reseque si se nos ha caído algo así. Además, la excusa de tener que barrer y preparar la fregona, directamente aquí no sirve. Realmente es algo muy cómodo de hacer y muy rápido.
Como aspirador, cabe decir que la potencia nominal del Roborock es de 250W, algo superior a las de 220W del modelo de Tineco. En las pruebas, no he visto que esa diferencia supusiese un lastre realmente notable.
Ambos vienen equipados con filtros HEPA y aseguran que hacen un ruido máximo de 78 decibelios cuando están operando al máximo de revoluciones. Para hacerse una idea de sus capacidad, ambos han podido tragarse pequeños objetos como monedas de cinco céntimos o pendientes que dejé en su camino y que luego hubo que recuperar del tanque de agua sucia. Por cierto, ambos tienen una pantalla LED en la que se puede ver información sobre la batería, el modo o el nivel del agua. También ambos tienen una 'app' complementaria que sirve para controlar modos de limpieza, estado del cepillo o la autonomía, entre otras cosas.
En líneas generales, diría que el Roborock Dyad, el de mayor precio, es algo más solvente a la hora de limpiar, por su sistema de rodillo doble y porque los cepillos llegan hasta el borde. Eso le permite no tener que necesitar varias pasadas. De todas maneras, es como comparar un coche que circula a 120 kilómetros y uno que circula a 135. El último llegará más pronto, pero tampoco mucho más pronto en un trayecto corto. En este sentido, con el Tineco Floor One S3 sí que he notado que he tenido que dar más pasadas y maniobrar algo más en algún momento.
En ambos casos, las marcas han creado una solución de limpieza propia. Tineco recomienda la suya, pero admite que se podrían utilizar otras. En el caso de Roborock, no son excesivamente claros. Esto es más habitual de lo que parece. iRobot, por ejemplo, también dice que lo idóneo es que utilices sus propios productos de limpieza para sus Braava Jet (robots fregadores). Mi recomendación es hacer caso relativamente omiso a esto. Yo, en estas situaciones, trato de utilizar limpiadores de suelo no jabonosos o, en todo caso, unas gotas de amoniaco perfumado muy diluido en el agua. Yo lo he hecho y ningún problema.
Podemos utilizar, en ambos modelos, los modos de limpieza solo con agua o con el producto que decidamos. En mis pasadas diarias he utilizado el primer modo. Cuando he querido limpiar la cocina o el baño o hacer una limpieza más en profundidad, he optado por lo segundo.
En donde tenemos una victoria para Tineco es en la autonomía. Utilizando el modo automático, la batería durará 35 minutos. El modo Max, lo deja en torno a 25 minutos. Una marca más que de sobra para limpiar varias habitaciones. En el caso del Roborock Dyan, hablamos de algo menos de 30 y 20, respectivamente, según mis pruebas.
Estos tiempos serán un problema o no dependiendo el tamaño de tu casa. Mi apartamento daba de sobra en poco más de 10 minutos. Roborock, por ejemplo, asegura que con el modo auto podrás limpiar 280 metros cuadrados. Ojalá tenerlos para dar fe de ellos. Es verdad que, si tienes una casa grande, de un par de plantas y necesitas un par de 'viajes' puede ser un poco peñazo porque ninguna es especialmente rápida cargándose. Unas cuatro horas.
La base de carga, por cierto, nos permite limpiar el aparato automáticamente. Utilizando algo de agua del depósito superior, 'enjuaga' el depósito de agua sucia y los rodillos. Es útil, pero no hace milagros, así que en algún momento tendrás que darle una frotadita y poner el de repuesto mientras se seca el rodillo principal. Ambos modelos vienen acompañados de una 'miniescobilla', porque es cierto que, según pasan los días, hay parte de residuos que se quedan en los márgenes y conviene darle un repasito.
Particularmente, me ha resultado un aparato curioso. Diría que es interesante, como señalaba al principio, para los 'haters' de la limpieza, esos a los que le da una pereza inmensa andar barriendo y fregando. Ahorra tiempo y es cómodo de usar.
No es menos cierto que es una propuesta que muchos van a desechar por el asunto de las alfombras. Es un 'todo en uno' para lo bueno y para lo malo. Decantarse por un modelo u otro, en este caso, depende más de pequeños detalles que de grandes diferencias. Es probable que, si tienes un robot aspirador de Roborock y estés a gusto con él, apuestes por ella. ¿Son necesarios los dos? No. ¿Hacen buen tándem? Sí.
El de Roborock es ligeramente más avanzado y puede encontrarse a un precio menor que la Tineco, que cuesta 449 euros. También es cierto que el modelo Floor One tiene una autonomía ligeramente mayor. Particularmente, si estás pensando en hacerte con una Conga o una Roomba o esto, creo que el resultado de estos aparatos puede ser más fino, especialmente en el fregado. Lo malo, que no puedes automatizar las tareas.
También es probable que pases de dejarte 400 euros y optes por irte a una propuesta mucho más barata. En este caso, mi recomendación sería que optes por un modelo sin cable y te fijes en la autonomía, la potencia, el número de cepillos y la capacidad de los depósitos de agua para no comprar algo que tampoco te sirva para mucho. Y, si no te convence la idea, que también es muy respetable, puedes mandar toda esta tecnología a paseo y quedarte con la escoba y la fregona, como toda la vida. Que al final todas esta cosas son caprichos del primer mundo.
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