Inmaculada, socia y lectora de eldiario.es, nos hace la siguiente petición en el texto de un correo electrónico: "quisiera saber si existe algún remedio eficaz, y que no perjudique al medio ambiente, para quitar el moho que aparece en los azulejos y juntas de mi ducha debido a la humedad. Se quita con lejía, pero me da pena usar un remedio tan nocivo".
Saber más¿Por qué debe preocuparnos algo tan doméstico como el moho?
En primer lugar matizar que el uso de lejía para eliminar las manchas de moho de las juntas de baños o cocinas donde se posa la humedad no tiene por qué perjudicar al medio ambiente. La razón es que la lejía o hipoclorito sódico, es un tipo de sal que se degrada para dar lugar a otros componente inocuos para el medio, que de todos modos son perfectamente neutralizados en potabilizadoras, ya que no es un compuesto estable en presencia de agua.
El hipoclorito sódico al reaccionar con el agua origina ácido hipocloroso, y este a su vez se desintegra en ácido clorhídrico y oxígeno. Pero cuando es disuelto en agua, se descompone lentamente, originando sodio, cloruros y radicales hidroxilos, que a su vez pueden oxidar compuestos orgánicos o reaccionar para formar agua y oxígeno. Es decir que se degrada para dar finalmente sal, oxígeno y agua. Por lo tanto es un método perfectamente adecuado para quitar el moho, tal como relatamos en Lejía o amoníaco: ¿cuál es mejor para limpiar?.
Ahora bien, sin duda debido a los gases que pueden emanar de esta sustancia cuando se utiliza en altas concentraciones, se la considera irritante para ojos, mucosas y vías respiratorias, y en consecuencia no se aconseja su uso en lugares poco ventilados. Tal puede ser el caso de una ducha, ya que si presenta manchas de humedad es porque no ventila bien. Adicionalmente su poder oxidante hace que tampoco sea aconsejable su uso sin guantes, ya que reseca y puede causar heridas dérmicas.
Por lo tanto, desde el punto de vista de la salud sí puede ser interesante buscar alternativas a la lejía para quitar el moho de juntas y azulejos de baños, cocinas, y otros lugares. Así, cuando la aparición de las manchas es reciente, se puede utilizar alcohol etílico al 80% o bien alcohol de quemar, así como agua oxigenada al 3%. Otra posibilidad es el uso de bicarbonato sódico al 5%, que se puede comprar tanto en droguerías como en la sección de hogar de los supermercados. Finalmente también se recomienda el vinagre concentrado, es decir sin diluir.
En los cuatro casos empaparemos un estropajo con la solución y rascaremos la humedad, que se desprenderá sin problema. Si el moho se resiste, podemos utilizar un cepillo para rascar con más fuerza. Si fuese viejo la cosa se complica porque las esporas pueden haber penetrado en la lechada -el yeso de las juntas- y no nos quedará más remedio que eliminar la lechada rascando y luego aplicarla de nuevo. Existen en el mercado dispositivos dispensadores de lechada que sirven para blanquear juntas.
De todos modos, procuraremos que las manchas de humedad no vuelvan a perpetuarse en la lechada para evitar tener que volver a rascar. Si no, no nos quedará más remedio que tirar de lejía, pues es el método más eficaz, especialmente cuando el moho lleva tiempo desarrollándose. Un método preventivo que podemos usar para evitar su aparición es pasar el secador unos minutos por las paredes de la ducha tras usarla para evitar que queden húmedas, o bien comprar un deshumidificador. Otro remedio es hacer obras para mejorar la ventilación del baño.
Aunque las manchas de humedad no se deben solo al moho, ya que también se da la presencia de algunas algas y bacterias, este es predominante, sobre todo cuando proliferan sobre el yeso de las juntas para descomponer la materia orgánica que puedan acumular. En nuestro artículo ¿Debe preocuparnos algo tan doméstico como el moho?¿Debe preocuparnos algo tan doméstico como el moho?, explicábamos que sobre todo en alimentos este tipo de hongos pueden comportar afectaciones a largo plazo de diversa índole, siendo los casos más graves el cáncer de hígado por la ingesta de las aflatoxinasaflatoxinas de los mohos, un tipo especialmente tóxico de micotoxinas.
En el caso de baños y duchas está claro que no ingeriremos el moho ni sus aflatoxinas, pero hay que tener en cuenta que el hongo libera esporas en forma de polvillo al medio, y que estas esporas, combinadas con la humedad, pueden dar reacciones alérgicas de escozor de ojos y nariz y de asma a personas con sensibilidad autoinmune en las vías respiratorias. Por lo tanto, la presencia de manchas de humedad, más allá de las motivaciones estéticas, se considera insalubre y se desaconseja.
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