Georgina FiguerasMadrid Publicado:
Más de la mitad de las casas en España tienen un lavaplatos y lo ponen en funcionamiento de media unas 280 veces al año. Ya te contamos que la lavadora no se lava sola; el lavavajillas, a fondo, tampoco. Aunque los más modernos vienen con programas de autolavado, lo cierto es que necesitan mantenimiento humano si queremos que la vajilla salga limpia de verdad.
Es muy frecuente que los restos de comida y grasa se queden acumulados creando mal olor enel lavavajillas e incluso favoreciendo la aparición de partes ennegrecidas en el interior del lavavajillas.
Hacer una limpieza periódica es muy importante porque, de lo contrario, lo más probable es que el lavavajillas empiece a fallar o deje de funcionar. Es decir, limpiar a fondo el lavavajillas no es algo opcional, sino que forma parte del mantenimiento normal de este electrodoméstico. ¿Lo sabías?
Trata de seguir estas recomendaciones para mantener el lavavajillas en buen estado:
-Cada día: retira los trozos de comida que hayan podido caer. Te recomendamos que antes de meter los platos en el lavavajillas quites los restos sólidos con un papel.
-Semanalmente: Limpia la puerta del lavavajillas, la junta y el filtro, de esta manera evitarás muchos en la bomba de desagüe. Recuerda además limpiar el dosificador de detergente.
-Mensualmente: Limpia a fondo el interior
Tener limpio este filtro es una prioridad. La OCU recomienda desmontarlo, sacarlo y frotar con un cepillo de dientes para quitar cualquier resto de comida que se pudiera haber quedado atascado.
Otra opción para limpiar el filtro del lavavajillas y quitar todos los desechos de comida es sumergirlo en agua caliente con jabón durante aproximadamente una hora y después limpiarlo con un cepillo de cerdas de nailon.
Esto parece más complicado, pero es necesario porque las tuberías internas del lavavajillas también acumulan cal y grasa tras muchos lavados. Para mantenerlos siempre limpios tenemos diferentes opciones. En primer lugar, cada 30 lavados es recomendable usar el programa de autolimpieza que ya suelen llevar los lavavajillas más modernos.
El depósito de sal, que disminuye el nivel de cal del agua y actúa como un descalcificador a veces se ensucia porque no está bien cerrado o por otras circunstancias.
Es aconsejable limpiar este compartimento una o dos veces al año para evitar moho y malos olores. Un truco para acceder a esta zona complicada es usar un limpia biberones y también un poco de vinagre blanco.
Los brazos o las aspas también acumulan grasa y suciedad, por lo que es recomendable limpiarlas al menos cada seis meses. Conseguirás evitar que los depósitos de cal y otras partículas obstruyan los inyectores y te asegurarás de que los brazos giren bien.
Para limpiarlos lo primero que debes hacer es sacar los brazos del lavavajillas. Pon las aspas debajo del grifo y usa un cepillo o un palillo de dientes para sacar la suciedad. No te olvides de leer el libro de instrucciones del fabricante, que seguro que te dará indicaciones sobre la mejor manera para mantener a punto la cocina.
Si tu lavavajillas tiene aspas de las que se pueden abrir, límpialas por dentro con agua y jabón, vinagre diluido en agua o un buen desengrasante. Si son de las que no se abren, también puedes optar por dejarlas en remojo en agua caliente y luego aclararlas con agua fría para que empuje hacia fuera la suciedad.
Para esta parte tendremos que recurrir a algún producto artificial cada mes o dos meses. Por lo general se colocan boca abajo en la bandeja inferior con el lavavajillas vacío. ¡Eso es todo!
No podía faltar el todo poderoso vinagre en este artículo. Puede ser de gran ayuda para finalizar las limpiezas. También, por ejemplo, puede ser muy útiles para cuando el ciclo de autolavado lleve unos minutos, atender
El bicarbonato de sodio también es un clásico de la limpieza que será útil en el lavavajillas. Espolvoréalo por el suelo del lavavajillas. Usa por ejemplo un vaso como medid y pon después otro vaso de vinagre blanco. Cuando deje de reaccionar, selecciona un programa corto a la temperatura máxima.
La sosa cáustica se utiliza en muchos productos de uso doméstico e industrial, como limpiador y para desatascar. Como descalcificador, la sosa cáustica está indicada
para la limpieza de barbacoas, hornos, etc. Se puede sumergir el objeto en una mezcla de 3 o 4 litros de agua y 200/500 g de sosa cáustica de 6 a 8 horas.
En contacto con el agua, la sosa cáustica libera alta temperatura, se vuelve corrosiva y puede causar graves daños a nuestra piel y ojos. Por lo tanto, hay que extremar las precauciones cuando se manipule este material.
Asegúrate de que lo que vas a limpiar no es de acero inoxidable, para no estropearlo, y de no juntarlo con vinagre. La lejía puede resultar útil si encuentras moho u hongos en tu electrodoméstico.
El amoniaco es muy versátil y en esta ocasión nos ‘sirve’ para limpiar a suciedad acumulada dentro del lavavajillas. Hay quien opta por pasar una bayeta con amoniaco diluido. Y otra manera que puedes probar es verter un bote de bicarbonato en el lavavajillas y un buen chorretón de amoniaco y después programar un programa largo y a alta temperatura.
Esperamos que estos consejos te ayuden a mantener el buen estado de tu lavavajillas.
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