Fregar los platos puede llegar a ser una de las tareas del hogar más pesadas, ya que debe llevarse a cabo varias veces al día si no queremos un fregadero lleno de cacharros. Por ello, el lavavajillas es uno de los electrodomésticos más queridos e indispensables.
Además de ahorrarnos tiempo, este aparato hace que la vajilla salga más limpia y reluciente y gasta menos agua que si laváramos los platos a mano. Para disfrutar de las ventajas que nos ofrece este electrodoméstico en todo su esplendor y durante más tiempo, es necesario hacer un mantenimiento adecuado y limpiarlo a consciencia de forma periódica.
Te contamos qué partes del lavavajillas limpiar, cómo hacerlo y cada cuánto según las recomendaciones de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Los lavavajillas tienen un filtro en la zona inferior que impide que los restos de comida y suciedad vayan a parar al desagüe. Se trata de un mecanismo que se compone de dos piezas: un cesto de plástico y una superficie metálica perforada.
Para acceder al filtro saca la bandeja inferior del lavavajillas para mayor comodidad, agarra la parte superior de este elemento, gira ligeramente y extráelo. Retira los residuos que haya en el interior del cesto y frota con un cepillo, agua y jabón ambas partes del filtro. Enjuaga y deja secar antes de volverlo a colocar en su sitio.
Si el filtro está especialmente sucio, sumérgelo en agua caliente con jabón durante al menos 30 minutos para que la suciedad se desincruste con más facilidad. Después frota, enjuaga y deja secar.
Lo recomendable es hacer esta limpieza una vez a la semana.
Las aspas del lavavajillas también pueden acumular cal y suciedad, lo que provocaría que no pudiesen girar correctamente. Por ello, deberían limpiarse dos veces al año.
Para hacerlo, desenrosca las aspas y límpialas con agua y jabón, vinagre blanco o un producto desengrasante. Después enjuaga asegurándote de que el agua entre por los agujeros y elimine toda la suciedad. Deja secar y vuelve a colocar en su sitio.
El lavavajillas cuenta con varios compartimentos que deben rellenarse.
En primer lugar, el nivel de sal ayuda a reducir los niveles de cal. La mayoría de lavavajillas suelen tener un sensor que avisa cuando es necesario rellenar este compartimento. Para hacerlo, localiza el depósito en el fondo del lavavajillas, desenrosca el tapón y echa la cantidad de sal recomendada por el fabricante.
Finalmente, limpia el compartimento de detergente y comprueba que haya suficiente producto en el depósito del abrillantador.
Una vez a la semana es recomendable pasar una bayeta húmedapor las bandejas del lavavajillas, los carriles, la puerta del lavavajillas y la goma de la puerta para eliminar cualquier resto de suciedad.
Una vez realizados todos estos pasos y con todos los compartimentos del lavavajillas limpios, especialmente el filtro, es conveniente realizar una limpieza en profundidad una vez al mes.
La forma más sencilla y ecológica de hacerlo es utilizando vinagre blanco de limpieza. Primero limpia las paredes internas del lavavajillas con este producto y después, programa un lavado a alta temperatura sin vajilla. Pasados entre 10 y 15 minutos interrumpe el lavado y echa en el interior un vaso de vinagre blanco. Cierra el lavavajillas y deja que termine el programa.
Para eliminar los malos olores que acostumbran a presentar muchos lavavajillas, asegúrate de cumplir con los tiempos marcados en la limpieza de los diferentes elementos de este electrodoméstico.
Además, otro consejo de la OCU es añadir medio limón en la cesta superior y sustituirlo cada dos o tres lavados.
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