Por Mariola Báez. 18 agosto 2021
Aunque cada felino tiene su propio carácter, los gatos son en general animales sociables y cariñosos. Aun así determinadas situaciones pueden generar estrés en los gatos y es muy importante saber cómo tranquilizar a un gato nervioso para ayudarlo. Si tu felino se siente intranquilo, amenazado o acorralado, las probabilidades de que adopte un comportamiento agresivo o de que acabe atacándote son elevadas, aunque primero intente huir. De ahí que resulte esencial saber cómo hacer que un gato asustado confíe en ti. Hasta el animal más amigable y tranquilo puede experimentar, en un momento determinado, sensaciones de miedo y ansiedad, por lo que es algo normal pero que hay que saber manejarlo de la mejor manera posible. Por eso, en este artículo de unCOMO, te explicamos todas las claves para saber reconocer las señales que indican que tu mascota está alterada y te indicamos cómo tranquilizar a un gato asustado.
También te puede interesar: Por qué mi gato es muy miedosoÍndiceSi convives con un gato seguramente conoces perfectamente sus costumbres y su comportamiento habitual. En general, los gatos son "muy suyos". Aunque sean juguetones y cariñosos, siempre hay momentos en los que les gusta mantener su espacio y cierta independencia. Tenlo en cuenta y no le agobies cuando decida estar solo y esconderse en cualquier lugar de la casa hasta que decida volver a aparecer y buscarte para que le hagas caso. Esta es una conducta muy común en los gatos que no tiene nada que ver con el miedo o el estrés. Un gato asustado es fácil de reconocer, porque su propio lenguaje corporal te dará todas las pistas que necesitas. ¿Cómo saber si un gato tiene miedo? Fíjate en lo siguiente:
Si detectas esta situación, es básico tranquilizar al animal y si quieres saber cómo calmar los nervios de un gato, los siguientes consejos te ayudarán a lograrlo.
Descubrir qué causa su nerviosismo es un primer paso importante para conseguir que el miedo de tu gato desaparezca. Puede ser un ruido que le resulta extraño y desagradable, la presencia de personas desconocidas o de otro animal (por ejemplo un perro), un espacio que le agobia... son algunas causas habituales, sobre todo, cuando un gato está asustado en una casa nueva, porque desconoce ese nuevo entorno y no se fía de nada ni de nadie. En estos casos, ten paciencia y simplemente dale su espacio. Deja que deambule por su nuevo hogar y que vaya familiarizándose con todo lo que le rodea. Los primeros días, intenta averiguar qué le pone nervioso, para evitar el foco de intranquilidad siempre que sea posible (puede ser algo tan simple como el ruido de una lavadora centrifugando). Aquí puedes leer sobre Por qué mi gato es muy miedoso.
Si vuestro caso es que el gato acaba de llegar a casa, o pronto llegará, entonces te recomendamos leer también este otro artículo de unCOMO sobre Cómo mudarse de casa con un gato.
En otros casos, puede no ser tan sencillo saber por qué tu gato tiene miedo. Si la mascota con la que convives desde hace tiempo muestra, de pronto, las señales de estrés que te hemos descrito, la mejor manera de intentar calmar a tu gato es hablarle de forma dulce y pausada. Si está nervioso, no intentes cogerlo para tranquilizarlo. Simplemente háblale y tu tono de voz calmado le trasmitirá, precisamente, la calma que necesita. Por supuesto no le grites, regañes o amenaces aunque esté escondido en un sitio en el que no quieras que esté. Es mejor brindarle calma y confianza para que solo vaya saliendo y cuando se te acerque ya podrás tocarlo o cogerlo.
Si tu gato está nervioso, ya con el lomo encorvado (y quizá a punto de atacar) agacharte o estirarte, manteniendo respecto a él una distancia prudencial, puede dar buenos resultados. Ponerte a su altura (y no de pie) hará que el animal descarte cualquier actitud amenazante por tu parte.
De esta forma, empezará a calmarse, dejará la posición de encogido o encorvado que tenía preparándose para saltar y se quedará tranquilo o, seguramente, se irá hacia otra parte. En esta situación no lo sigas inmediatamente, ya que puede volver a ponerse igual de nervioso y atacarte si se ve acorralado.
Es un pequeño truco que también puede lograr que tu gato se relaje y se olvide de aquello que le ha causado temor. Ofrecerle un poco de comida húmeda o mostrarle ese juguete para gatos que tanto le gusta, quizá consiga que se acerque a ti para saborear ese majar que le estás ofreciendo o para jugar con su juguete favorito y, así, quedará distraído de su problema inicial. Aprovecha este momento para cambiar la fuente de su miedo (retira aquello que lo ponía nervioso o si no puedes, llévatelo a otra zona de la casa), así no se repetirá el problema en cuanto deje de distraerse un poco con la comida o el juego.
Si ves que el gato empieza a estar algo más tranquilo, prueba a acerarte despacio y acariciarle con un dedo. A los felinos les encantan los mimos alrededor del morro o bajo la barbilla. Si rechaza las caricias no insistas, pero si las acepta de buen grado, poco a poco lograrás que el miedo desaparezca y se imponga la confianza en ti.
Aquí puedes leer más sobre Cómo acariciar a un gato, pero recuerda que lo más importante es saber ver si está a gusto y quiere más o si se aparta o inquieta y es mejor que lo dejes en paz.
Esta es una premisa básica para calmar a un gato asustado. Comprueba que siempre va a tener una vía de escape por la que se pueda marchar cuando quiera, por ejemplo, a otra habitación o a un lugar elevado como un armario, el respaldo de un sofá o un rascador con plataforma. Muchos gatos se calman estando en alto, en algún lugar donde puedan controlar lo que les rodea y vigilar bien a cualquier posible amenaza.
En casos extremos, también puedes recurrir a productos de feromonas para gatos. Las feromonas que secretan de forma natural los felinos consiguen calmarlos al olerlas, sobre todo sucede con las feromonas maternas, que calman a las crías rápidamente. Podrás encontrar sprays y difusores con estas feromonas para tener en casa y conseguir que tu gato detecte las feromonas a través del olfato y se sienta más relajado sin darse cuenta del proceso.
No obstante, antes de utilizarlos es conveniente una consulta veterinaria. Si los problemas de miedo y estrés con tu gato son frecuentes, puede que necesite algún tipo de tratamiento (quizá siente dolor o tiene una enfermedad aun no detectada) o la ayuda de un etólogo que analice su comportamiento y las posibles causas.
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