El parabrisas es un elemento del coche muy importante en términos de seguridad. Para empezar, aporta hasta el 30% de la resistencia de la estructura del vehículo y es clave para evitar el hundimiento del techo en caso de vuelco. Pero además este cristal es el que permite al conductor controlar todo lo que sucede delante de él mientras está al volante. De ahí que sea tan importante no solo tenerlo en perfectas condiciones sino también muy limpio para no perder visibilidad.
Con el objetivo de conseguir una limpieza óptima es aconsejable utilizar productos específicos, especialmente diseñados para el sistema de limpiaparabrisas, pues además de eficaces en la limpieza, tienen un bajo punto de congelación. Según la cadena de talleres Rodi Motor Service, también “se pueden utilizar mezclas caseras, siempre y cuando el elemento detergente no contenga productos que generen espuma o contengan agentes corrosivos, como el amoniaco”. Asimismo, es aconsejable que el agua utilizada sea destilada, puesto que la del grifo contiene cal y puede llegar a obstruir los inyectores de salida.
¿Y cuáles son esos trucos caseros? Por ejemplo, se puede mezclar una parte de limpiacristales, que es más económico que el alcohol puro, con dos de agua. Para conseguir un poder descongelante se puede combinar vinagre y agua a partes iguales. En forocoches.com apuntan otras soluciones como mezclar agua con un poco de lavavajillas y alcohol. De todos modos, hay que vigilar con el uso del jabón porque, aunque tiene un gran poder detergente, produce espuma que puede afectar al sistema de bombeo y a la inyección sobre el vidrio.
En el mercado existe una amplísima oferta de referencias con precios para todos los bolsillos. Además, también los hay con aromas para todos los gustos. En la actualidad, se pueden comprar productos con aroma a frutos del bosque o frutas de a pasión. También resulta interesante la disponibilidad de aditivos especialmente desarrollados para eliminar los insectos que se quedan incrustados en el cristal.
Los mosquitos cuestan mucho de quitar, por lo que en casos extremos quizás será necesario recurrir a otras técnicas cuando el limpiaparabrisas es incapaz de dejar el cristal impoluto. Por ejemplo, se puede tapar durante horas con una toalla mojada con una mezcla de agua y algún producto de limpieza. Esto reblandecerá los restos de suciedad, que serán más fáciles de eliminar.
Además de disponer de líquido en el depósito del limpiaparabrisas, es conveniente montar unas escobillas en plenas condiciones. Para que mantengan su eficacia durante el mayor tiempo posible es aconsejable limpiarlas periódicamente con un detergente y esponja –al menos, una vez al mes- con el objetivo de eliminar cualquier adherencia que interfiera en el barrido.
Lo más recomendable es sustituir las escobillas una vez al año o cuando comienzan a mostrar signos de que ya han llegado al final de su vida útil. Si vemos que no barren bien porque dejan franjas o superficies veladas en el campo de visión o si detectamos hacen ruido en cada movimiento significa que debemos renovarlas.
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