El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha asegurado este domingo que la mayoría de críticas públicas a la campaña de su Departamento para reducir la ingesta de carne procedía de hombres que "sentían que su masculinidad se vería afectada" por no consumirla.
Así lo ha manifestado en una entrevista en el diario británico The Guardian, compartida por el propio ministro a través de su cuenta de Twitter: "Hoy The Guardian repasa la línea del Ministerio de Consumo respecto a la lucha contra el cambio climático y sobre la necesaria reducción del consumo de carne procedente de ganadería intensiva para reducir las emisiones GEI".
La polémica del 'chuletón' surgió en julio, después de que el ministro lanzase a través de redes sociales la campaña 'Menos carne. Más vida'. Según explicó el Ministerio, el 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de la ganadería, especialmente de las macrogranjas, mientras que para la producción de un kilo de carne de vaca se requieren 15.000 litros de agua.
Así, según Consumo, si los españoles redujeran el consumo de carne hasta los niveles recomendados por la ciencia, "se evitarían el 50% de las emisiones de gases invernadero asociadas a la alimentación y el 20% de las muertes prematuras".
La campaña de Garzón fue defendida desde Unidas Podemos y duramente criticada por el sector cárnico y por el ministro de Agricultura, Luis Planas. También por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que aseguró que para él "un chuletón al punto" era "imbatible".
En la entrevista para diario británico, Garzón insiste en el impacto negativo en el medio ambiente que tiene el consumo de carne de vacuno criada en macrogranjas industriales. "Otros países están bastante avanzados en esto, pero en España ha sido un tabú", señala.
El ministro defiende que no está pidiendo a los españoles que dejen de comer carne, sino que reduzcan la cantidad que consumen y se aseguren de que es de buena calidad. Todo ello, por el bien de su salud y del medio ambiente.
"La cría extensiva es una forma de ganadería medioambientalmente sostenible y que tiene mucho peso en zonas de España como Asturias, partes de Castilla y León, Andalucía y Extremadura (...) Lo que no lo es en absoluto son las macrogranjas (...) Encuentran un pueblo en una parte despoblada de España y ponen 4.000, o 5.000, o 10.000 cabezas de ganado. Contaminan el suelo, contaminan el agua y luego exportan esta carne de mala calidad de animales maltratados", explica.
En un momento de la conversación, el ministro de Consumo atribuye las críticas vertidas a su campaña por miembros del Gobierno a "los diferentes programas y políticas" de los partidos de la coalición. Después, asegura que se percató de que la mayoría de las críticas públicas procedían de hombres que, al parecer, "sentían que su masculinidad se vería afectada por no poder comer un trozo de carne o hacer una barbacoa". Las mujeres, según Garzón, fueron más receptivas al mensaje de la campaña.
"Creemos que una parte de la sociedad ya estaba preparada para ello y se había mentalizado (...) Pero todavía teníamos que empujar", añade el ministro, que cree que el debate sobre el consumo de carne debería haberse producido hace tiempo.
El pasado mes de septiembre, en declaraciones recogidas por Europa Press, el titular de Consumo aseguró que sus declaraciones sobre el impacto de la ingesta de carne roja "tenían respaldo científico pleno". El ministro señaló que su departamento siempre había defendido al sector ganadero extensivo y familiar por tener "impacto ecológico neutro".
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