ConsejosVerónica Mollejo
Foto: Bigstockphoto
Jueves 26dediciembrede2019
3 minutos
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Si has notado que tu lavavajillas huele mal desde hace tiempo, no te preocupes, se trata de un problema de lo más común y que puedes solucionar de manera rápida y sencilla. Entre las causas que pueden estar detrás de este desagradable olor destacan el moho en las gomas de la puerta, la acumulación de comida, la elección inadecuada de los programas de lavado o la presencia de un filtro sucio o un desagüe obstruido.
Ante esta situación y además de contactar con un técnico que revise el lavavajillas para descartar problemas más graves, también puede ser de gran ayuda recurrir a ciertos trucos caseros para eliminar de una vez por todas el mal olor de dicho aparato. ¡Toma nota!
Uno de los trucos más comunes y efectivos es utilizar el vinagre como limpiador y desinfectante, en este caso de tu electrodoméstico. Solo tienes que poner en el dispensador del lavavajillas una taza de este aderezo y programar un ciclo completo a máxima temperatura y sin ningún plato o cubierto en su interior.
Si compras naranjas, limones o pomelos con asiduidad, la próxima vez no tires las cáscaras, pues estas son también una herramienta de gran utilidad para acabar con los malos olores del lavavajillas. Para sacarles el máximo partido, debes cortarlas en trozos pequeños, colocarlas en el interior de una bolsita de tela y dejarlas en el interior del electrodoméstico en cada lavado. Eso sí, es importante que cambies la piel de los cítricos cada tres o cuatro días, pues su olor es limitado.
Normalmente, tenemos el lavavajillas siempre cerrado. Sin embargo, debido a la humedad y los restos de comida que pueden quedar en su interior, es recomendable darle algo de ventilación para no dejar que los malos olores se acumulen en su interior.
Como ya hemos visto en más de una ocasión, el bicarbonato de sodio es un producto todopoderoso. En este caso, debes espolvorear un poco en la parte inferior del lavavajillas antes de cada lavado. No solo conseguirás que huela mucho mejor, los recipientes y utensilios de vidrio y metal recuperarán el brillo y el lustre de antaño.
Otra práctica habitual es meter la vajilla en el electrodoméstico con todos los restos de comida pegados. Una costumbre que aumenta el riesgo de atasco y la acumulación de suciedad. Por eso, los expertos aconsejan enguajar siempre los enseres antes de meterlos en el lavavajillas. Además, no los dejes sin programar más de dos días, pues la comida comenzará a descomponerse y será más complicado eliminarla.
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Verónica Mollejo
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