Contaba Agatha Christie que sus mejores crímenes novelescos se le habían ocurrido fregando platos porque esa tarea “convierte a cualquiera en un maníaco homicida de categoría”. ¿Tan horrible es enfrentarse a una pila llena de jabón y cacharros? Hay estudios que indican que es uno de los trabajos domésticos más odiados (porque no genera cumplidos) y de los que menos se comparten, teniendo que asumirlo las mujeres.
Pero también hay algún que otro varón triunfador a quien fregar platos le agrada. Bill Gates contó que era uno de sus hobbies y Jeff Bezos, magnate de Amazon, dijo a la CBS que era una de las actividades más sexis que realizaba.Seguramente, o sus platos no tienen grasa, o conocen un método infalible de fregado que les permite dejarlo todo reluciente mientras se relajan y divagan felizmente con las manos enjabonadas.
Preguntamos a expertos por los secretos de esta tarea tan cotidiana, para conseguir eliminar las bacterias de una forma eficaz y sistemática, sin agobiarnos frota que frota. ¿A qué temperatura ha de estar el agua? ¿Empezamos por los vasos o por las sartenes? ¿Usamos un cubo para aclarar? ¿Es una buena idea dejar la esponja y usar el lavaplatos? ¿Consume más agua el lavavajillas que el lavado a mano? Estos son los 10 errores que cometes al lavar los cacharros y que, tal vez, son los que hacen que te sientas como Agatha Christie ante el fregadero.
1. Usar agua fría
Que el agua con que lavas los platos esté muy caliente es para la profesora de la escuela superior de hostelería de Barcelona ESHOB, Cristina Cusí, lo más importante para conseguir una desinfección bactereológica completa de la vajilla. El agua fría no elimina la suciedad al mismo nivel. Según explica la experta en el área de Food & Beverage,una temperatura que ronde los 80 grados, es laideal para eliminar totalmente las bacterias de los residuos de la comida. “Es lo que hacían nuestras abuelas y bisabuelas, y ellas siempre acostumbraban a tener razón”, apunta y afirma que el lavaplatos resulta ideal en este sentido porque utiliza agua muy caliente y evita que nos quememos las manos al hacerlo nosotros en el fregadero. Si los hemos de lavar a mano con agua caliente, hay que usar guantes.
2. Ser reticente a usar el lavavajillas
Pensar que comprarse un lavaplatos es un gasto inútil es una idea errónea, según Cristina Cusí. Tal como hemos visto en el primer punto, el electrodoméstico resulta muy eficaz a la hora de eliminar bacterias, pero no solo eso. Sorprendentemente, la experta argumenta que también es más ecológico y económico que fregar a mano. “El gasto de agua de un lavavajillas está controlado, siempre es el mismo. En cambio, cuando lavamos a mano abrimos el grifo y el chorro de agua fluye constantemente, o sea que gastamos mucha más agua casi darnos cuenta”, explica.
Si creemos que es muy caro para nuestro presupuesto, “hemos de pensar que en el mercado podemos encontrarlos de todo tipo y tamaño”, y también que disponen de programas de lavado eco. Ahora bien, si tenemos muy pocos platos y escasamente manchados, “la lógica indica que será mejor lavarlos a mano”. Y eso sí, cerrar el grifo cuando estás frotando.
3. Mezclar los tipos de suciedad en el fregadero
El mediático chef argentino Paco Almeida (con más de 70.000seguidores en Instagram)lanzó un hilo de tuit en abril de 2018 con su técnica para fregar platos que se viralizó de inmediato. En el primer punto de la lista aparecía la importancia de “saber diferenciar tipos de suciedad en la vajilla (grasa, residuos orgánicos y suciedad superficial)y no mezclarlos”.Si tiras en el fregadero una bandeja donde has cocinado carne en el horno con los cubiertos y los vasos, todo quedará engrasado. Cuenta que, como en el reciclado de basura, “hay que separar en origen”.
Cristina Cusí coincide y apunta la importancia de lavar primero los objetos pequeños y menos sucios e ir ascendiendo progresivamente de menor a mayor “porque no cambias ni la bayeta ni el fregadero”. Lo más delicado pasa por delante. “Es recomendable empezar por las copas, lavarlas con agua caliente, que se sequen y después limpiarlas con una gamuza especial de vidrio”. Y los objetos de madera, mejor no meterlos en el lavavajillas.
4. No retirar la grasa de los platos antes de lavarlos
Después de 15 años trabajando en cocinas de todo el mundo, Paco Almeida observó que el lavado de platos “es una problemática global donde se derrocha mucha agua y se vierten litros de contaminantes a las cloacas innecesariamente”.El primer paso para evitar que la grasa se cuele por las tuberías es eliminar los restos de comida de bandejas, platos y utensilios de cocina antes del fregado. El chef recomienda absorberla con servilletas de papel (mejor si están usadas para no desperdiciar) o con papel de diario o cualquier otro papel. De esta manera también facilitamos el lavado, evitamos contaminar el resto de la vajilla y gastamos menos detergente.
5.Prelavar antes de poner en el lavavajillas
El consejo del punto anterior es igualmente válido en el caso del lavavajillas. “Retirar los restos de comida facilita el trabajo al electrodoméstico”, apunta Cusí, pero nos advierte que no debemos hacerlo con agua. “Pasarlos platos por el chorro antes de meterlos en el lavaplatos nos hace gastar agua doblemente”. La profesora tiene un método para retirar la grasa difícil en todos los casos: usar lenguas de pastelería. “Son espátulas de goma que arrastran la porquería de inmediato”.También es preferible lavar siempre al momento, porque la grasa y la suciedad se van endureciendo. De no ser posible, poner los platos en remojo con un chorrito de detergente.
6. No controlar el tipo y la cantidad detergente que usamos.
Sidespilfarrar agua es nefasto para el medio ambiente también lo es abusar del detergente. El chef Almeida asegura en su método que, para la vajilla no especialmente sucia,diluir una botella de detergente en tres de agua resulta igual de eficiente y protege tus manos en caso de que, como a él, no te guste usar guantes. En todo caso, conviene seguir la recomendación del fabricante que viene impresa en la botella.
Cristina Cusí nos advierte sobre el uso de la lejía, un desinfectante puro que no hace falta utilizar en nuestro día a día, “ni mucho menos mezclar con jabón o usar con agua caliente porque su efecto queda anulado”.Para la profesora, el uso de unas gotas de lejía en agua fría (una gota por litro) está aconsejado en los casos en que tengamos muchos invitados y eso genere grandes pilas de utensilios para lavar que hagan necesaria una óptima desinfección, aunque el agua muy caliente con detergente es igual de efectiva.“En el día a día cotidiano la lejía no es necesaria”, apunta”.También hay que colocar las pastillas del lavavajillas en la cajetilla correcta.
7. No renovar las esponjas con las que lavamos
¿Qué tipo de material es el mejor para fregar? Depende del utensilio al que te enfrentes. En principio, los cepillos sirven para retirar los restos de comida, la esponja elimina la suciedad básica y los estropajos más fuertes son útiles con los enseres muy engrasados o con restos de quemado. Es importante renovar a menudo el estropajo o la esponja porque acumulan muchas bacterias. Los pliegues de las esponjas son un buen refugio para los gérmenes.
Para Cristina Cusí es importante usar la lógica: “Tener la esponja metalizada que usas para ollas muy sucias y la bayeta fina que te va genial para una sartén con la que haces tortillas”. La experta añade que no debemos dejar en remojo mucho tiempo las bayetas, si no que, una vez limpias, se han de escurrir y poner a secar para obtener una mejor desinfección.
8. ¿Hemos de usar un cubo para aclarar?
Si lavamos los platos a mano es probable que, después de enjabonarlos, aclaremos la vajilla en un recipiente lleno de agua. De esta manera gastamos menos agua porque evitamos tener el grifo abierto continuamente pero para Cusí, eso es un error si hablamos en términos de limpieza, “porque no resulta demasiado higiénico que toda la porquería se quede retenida en una cuba”. Gastasmenos agua a cambio de una peor desinfección. Todo dependerá del número de platos y de la suciedad de los mismos. El chef Almeida recomienda agrupar los diferentes utensilios por tipos antes de aclararlos.
9. No cuidar la higiene del fregadero y el llenado del lavaplatos
Según el Servicio Nacional de Salud británico el fregadero de la cocina contiene 100.000 veces más gérmenes que el baño o el inodoro. Por ello resulta imprescindible mantenerlo limpio con un buen desengrasante y desinfectarlo a diario. Igualmente, debemosmantener en buenas condiciones el lavavajillas. Es importante limpiar el filtro con agua y jabón, y los brazos giratorios.
Para optimizar el uso de agua y energía, es preferible llenar el aparato, pero dentro de los límites establecidos, sin que ningún elemento interfiera en la limpieza. “La colocación de los utensilios ha de seguir las indicaciones del fabricante”, indica Cusí. De esta manera se cuida el electrodoméstico y también se consigue que el agua llegue a toda la vajilla y se limpie correctamente. Debemos asegurarnos de que ningún objeto cubra a otro, impidiendo su lavado.
10. No secar la vajilla al guardarla.
Una vez tenemos la vajilla limpia, la secamos en un escurreplatos o con un trapo de fibras delicado y absorbente que no deje pelusa.Es muy importante que cuando almacenemos los platos o demás utensilios “no nos queden residuos de agua porque se pueden generar bacterias nocivas. El agua acumulada siempre es un peligro”, apunta Cusí.
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