España lleva un par de décadas aumentando progresivamente su adaptación a la banca 'online', pagos digitales y otro tipo de servicios de finanzas digitales. El mejor ejemplo es el del comercio electrónico y las cifras así lo avalan: según las estadísticas de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), nuestro país batió a finales de 2020 su propio récord histórico de volumen de negocio en 'ecommerce':
Las cifras podrían parecernos lógicas dentro del aumento escalonado de los últimos años, pero hay que tener un factor en cuenta: la llegada del covid supuso una caída del 57% del turismo, el sector que, con diferencia, más negocio genera en internet. Lo llamativo es que, como podemos ver en este gráfico más detallado, pese al descenso del negocio turístico hubo otros sectores, como los supermercados o la compra de electrodomésticos, que doblaron su facturación respecto a 2019.
Para Santiago Carbó, director de Estudios Financieros de Funcas, con el covid hay dos tendencias que discurren en paralelo. Por un lado, "con la proliferación de posibilidades de pago 'online', están aumentando los intentos de fraude por suplantación de identidad y, sobre todo, del tipo 'tarjeta no presente', aquellas operaciones en las que de forma fraudulenta se usan nuestros medios de pago por robo de claves de seguridad o fallos parecidos". Por otro, "los sistemas de protección de los emisores de medios de pago han aumentado de forma muy considerable y se han reforzado con la exigencia de autenticación de doble factor". La confluencia de estas dos tendencias, en su opinión, hace necesario "reforzar la educación financiera y la cultura del pago seguro".
Para que las finanzas 'online' sean un terreno seguro todos debemos poner de nuestra parte, tanto los ciudadanos como las entidades financieras. Si los primeros queremos salvaguardar nuestro dinero cuando lo movemos por internet, estos son algunos de los consejos a tener en cuenta:
1.- Acceso seguro. Cuando entres en la web de tu banco, así como en alguna de comercio electrónico o en la que vayas a hacer un pago, debes ir a la barra de direcciones y fijarte en el que la url no empiece por 'http', sino por 'https', lo que indicará una conexión protegida. Así mismo, lo recomendable es conectarte desde la Wifi de casa o desde los datos móviles de tu 'smartphone', en ningún caso desde una Wifi pública ni abierta. También debes tener cuidado con el dispositivo desde el que te conectas: deberá ser el tuyo propio, no uno público ni compartido con terceras personas. Y, por último, cada vez que hayas hecho la operación en cuestión deberás cerrar la sesión.
2.- Datos personales y contraseñas. Muchas veces puede dar pereza establecer una contraseña muy elaborada, sobre todo si piensas que no la vas a recordar fácilmente. Escoger contraseñas demasiado sencillas nunca es una buena idea, pero mucho menos lo es al hacer operaciones financieras en internet. Las contraseñas siempre deben ser largas, complejas y con letras y números. Además, deberás cambiarlas cada equis tiempo por si se producen brechas de seguridad.
"Es importante no compartir claves jamás, ni por teléfono ni por correo ni por otro medio", añade Carbó. "Si alguien nos solicita una clave, es señal inequívoca de que se trata de un fraude. Es cada vez más frecuente también el robo de contraseñas y datos en lugares con conexiones de red poco seguras. Es mejor esperar para hacer una transacción o hacerla desde nuestro dispositivo móvil con nuestra conexión de datos habitual, siempre que sea de un proveedor de datos y teléfono seguro y reconocido. También estaremos más seguros cuando el proceso de pago implique la confirmación de nuestro banco por doble factor mediante una forma segura de certificación".
3.- Ojo con el 'phishing'. Hay una cosa que debes tener muy en cuenta: tu banco nunca, de ninguna de las maneras, te va a pedir información comprometida por email ni por SMS. En ningún caso. Si recibes un correo o mensaje de texto en el que 'tu banco' te solicita datos personales o tu contraseña de acceso a banca 'online', estarás ante un caso claro de 'phishing', en el que alguien se estará haciendo pasar por tu entidad financiera para robarte datos o dinero. Otros trucos para evaluar si eres una posible víctima de 'phishing' es comprobar la dirección desde la que te llega el email, observar que el correo está escrito en perfecto castellano o fijarte en posibles faltas de ortografía.
Tu banco nunca te va a pedir información comprometida por email ni por SMS
4.- Tarjetas virtuales o prepago. Si tienes dudas a la hora de pagar en un portal de comercio electrónico y aportar los datos de tu cuenta bancaria o tu tarjeta, hay alternativas más seguras. Podemos comprar una tarjeta prepago o, desde la web de tu banco, crearte una tarjeta de crédito o débito virtual, en cuyo caso tendrás un número de tarjeta único para esa operación y con el saldo que hayas destinado a esa tarea. De tal modo, si alguien te roba las credenciales de la tarjeta no accederá a todos tus fondos, sino solo a los que metieras en la tarjeta en cuestión.
5.- Precaución y sentido común. Es el último consejo, pero también el más importante. A la hora de hacer operaciones financieras en internet debemos ser muy precavidos y mantener la cabeza fría. ¿Has descubierto un precio demasiado bajo para un producto? ¿Lo venden en una web que hasta ahora no conocías? ¿Te piden formas de pago que hasta ahora nunca habías utilizado? ¿Te ha llegado un email en el que te piden hacer un pago de manera urgente a cambio de algún tipo de compensación? En todos estos casos, no debes dejarte llevar por las buenas impresiones, ya que las opciones de que estés ante un posible fraude son muy elevadas.
La preocupación por proteger tu información personal y tu dinero no solo recae sobre ti, sino también sobre tu entidad financiera, que no podrá ser responsable si alguien te roba dinero, pero sí estará haciendo todo lo posible para evitarlo. Estas son algunas de las medidas que los bancos españoles ya implementan para proteger nuestro dinero en internet:
1.- Accesos seguros y encriptados. Decíamos antes que al conectarte a la web de tu banco debes fijarte en que la url empiece por 'https', no por 'http'. Pero, ¿y si tu banco no ha habilitado una conexión segura? Lo cierto es que eso es imposible. Actualmente todos los bancos españoles disponen de conexiones seguras e incluso encriptadas. Además, suelen estar atentos a posibles campañas de 'phishing' para, en caso de que alguien esté usando su nombre para cometer fraudes, poder avisar a sus usuarios de cara a que mantengan la prudencia en todo momento.
2.- Doble autenticación. A la hora de pagar en un comercio electrónico o de operar en la web de tu banco, a menudo no basta con poner los datos sencillos de tu tarjeta. Cuando las operaciones son especialmente comprometidas (pagos, transferencias, contratación de productos...), los bancos españoles recurren a la autenticación reforzada o doble autenticación. ¿En qué consiste esto? En que, cuando te enfrentes a una operación de este nivel, tu banco te pedirá identificarte una segunda vez mediante un código que te envíen por SMS, la introducción de nuevo de tu contraseña o la inserción del código de seguridad de tu tarjeta, entre otras posibilidades.
3.- Normativa PSD2. Las protecciones que te acabamos de explicar son comunes a todos los bancos españoles, ya que vienen marcadas por la normativa legal europea. Concretamente por la PSD2 (Segunda Directiva de Servicios de Pago, por sus siglas en inglés), una norma aprobada por la Comisión Europea en 2015 que regula el mercado de los pagos electrónicos en la zona Euro. Esta reglamentación, como decimos, es común a todos los países de la UE, de modo que si tu entidad financiera está adscrita a este territorio tendrá obligatoriamente todas estas herramientas para reforzar tu seguridad.
Todas estas fórmulas son la que ayudan a mantener la seguridad de nuestro dinero en las operaciones financieras 'online'. Santiago Carbó, de hecho, se muestra convencido de que los bancos españoles han hecho una correcta labor a la hora de ayudar a sus propios usuarios: "Sus pasarelas de pago son de las más seguras, muchas de ellas en colaboración con emisores de medios de pago reconocidos. También es destacable el caso de Bizum, que cada vez más se usa como medio de pago para 'ecommerce' y no solo como herramienta de transferencia de dinero". En cualquier caso, considera que "existe margen para un desarrollo normativo en numerosos aspectos de protección del consumidor y el inversor ante el fraude digital. No solo en el comercio electrónico (donde se ha avanzado mucho), sino también en pagos, transacciones e inversiones con criptomonedas o en la detección y eliminación de sitios no seguros y/o fraudulentos".
Se trata, en definitiva, de que todos podamos operar con nuestro dinero en internet sin miedo a perderlo.
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