Lucía Ramírez Pavía
Cocinar es un placer para muchos, una forma de arte a través de la cual canalizar la creatividad o una excusa para reunir a los seres más queridos alrededor de una mesa y disfrutar. Pero una vez se acaba la diversión tras los fogones, llega la parte menos atractiva: limpiar los utensilios y el espacio utilizado.
Una de las cosas que más cuesta dejar en perfecto estado es la vitrocerámica. Hay que reconocer que se trata de un electrodoméstico cómodo, ya que es fácil de limpiar, más seguro y ahorra más energía que las cocinas clásicas. Eso sí, cuando se derrama o se quema algo, resulta complicado dejarla brillante.
Afortunadamente existen soluciones, tanto caseras como productos de limpieza específicos, para el correcto mantenimiento de la vitrocerámica y que reluzca como el primer día.
Lee tambiénUno de los trucos más curiosos para el cuidado de este electrodoméstico es el del uso de pasta de dientes. Si la superficie está rayada, tiene solución: aplicar gel dentífrico con un paño hará que todos los rayones desaparezcan por completo.
Respecto a los productos de limpieza, hay una gran variedad de artículos específicos para la vitrocerámica. A diferencia del resto de la cocina, que puede limpiarse con un estropajo y líquido de lavavajillas, existen productos especiales que no dañarán la superficie de este espacio. Es importante fijarse a la hora de comprarlos, ya que los productos habituales pueden estropear la vitrocerámica. Además, se pueden encontrar estropajos diseñados para combinar con este tipo de productos, que no dejarán ningún arañazo en el vidrio.
Uno de los trucos más efectivos para dejar la vitrocerámica como nueva es el uso de amoniaco. Aunque no se trate de un producto hecho adrede para ello, sus propiedades desinfectantes y desengrasantes hacen de este producto un gran aliado. Para hacerlo correctamente, se debe disolver cuatro cinco gotas de amoniaco en un recipiente de agua tibia. Después de retirar las manchas es importante aclarar bien con una bayeta húmeda y, por último, pasar papel de cocina para secar la humedad restante y que, de esta forma, se quede completamente brillante.
Lee tambiénEn definitiva, la clave para tener la vitrocerámica tan suave y brillante como el primer día es mantenerla a diario. Aplicando estas soluciones caseras cada vez que aparezca una mancha y haciendo uso de los productos de limpieza adecuados un par de veces por semana, es muy sencillo que esté radiante siempre.
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