El acero inoxidable consiste en una aleación de distintos metales, entre ellos el acero, pero también incluye el cromo en su combinación. Este último componente forma una película protectora y hace que el acero sea más resistente a la oxidación. Entonces, ¿por qué se acaba oxidando el acero inoxidable? ¿Y cómo podemos eliminar el óxido del acero?
A pesar de su resistencia, el acero inoxidable sigue siendo un metal, y como tal, es sensible a la acción de ciertos agentes externos, como la suciedad o la humedad. Para saber cómo quitar el óxido del acero inoxidable, ¡sigue leyendo!
Muchos de los utensilios que utilizamos en la cocina, así como electrodomésticos y muchos otros objetos que tenemos en casa, están fabricados con este material. Para mantenerlos en perfectas condiciones, te contamos cómo eliminar el óxido del acero para que todos los elementos de acero inoxidable de tu hogar reluzcan como nuevos. ¡Toma nota!
Antes de que se genere el problema y tengamos que quitar el óxido del acero inoxidable, lo mejor es prevenir su aparición manteniendo una limpieza e higiene adecuadas. Cuando limpiamos el acero inoxidable, logramos que los objetos y electrodomésticos elaborados con este material queden impecables y relucientes por más tiempo, retardando así su deterioro y oxidación.
Para realizar este mantenimiento y eliminar el polvo, la grasa y cualquier resto de suciedad, solo tienes que hacer lo siguiente:
- En primer lugar, pasa un paño de microfibra por la zona para eliminar la suciedad superficial.
- A continuación, humedece con un poco de agua una esponja suave para evitar rayar la superficie y limpia la superficie sin restregar demasiado fuerte.
- Para terminar, seca muy bien el acero inoxidable con el paño de microfibra, pues la humedad favorece la oxidación.
- Para eliminar manchas persistentes en las superficies de acero inoxidable, puedes añadir al agua unas cuantas gotas de jabón, pero comprueba primero que el producto no contenga ningún elemento que pueda resultar abrasivo. De este modo, retrasarás la corrosión y deterioro del material, algo fundamental para prevenir la oxidación del acero inoxidable.
El bicarbonato de sodio es un excelente aliado para eliminar el óxido del acero. En este caso, tendrás que preparar una pasta antióxido siguiendo los siguientes pasos:
- Para empezar, mezcla una cucharada de bicarbonato de sodio con un poco de agua.
- Después, aplica la pasta resultante sobre la zona oxidada.
- Deja que actúe durante 2 minutos aproximadamente.
- A continuación, retira con un paño húmedo y limpio ejerciendo cierta presión, pero sin frotar en exceso.
- Enjuaga bien la superficie para eliminar los restos de bicarbonato.
- Por último, seca muy bien el acero inoxidable con un paño limpio.
Uno de los trucos para quitar el óxido del acero más eficaces y que te ayudará a recuperar el brillo del acero inoxidable, es el vinagre de manzana. Además, es una de las soluciones más sencillas y que todos tenemos a nuestro alcance.
Lo ideal es emplear vinagre blanco, es decir, el que se emplea generalmente para la limpieza del hogar, pero también servirá el de manzana o el de vino, proporcionando muy buenos resultados. Si quieres utilizarlo de forma correcta para quitar el óxido del acero inoxidable, puedes hacerlo de dos formas distintas:
Si tienes que eliminar manchas grandes o persistentes de objetos pequeños, como por ejemplo los cubiertos o alguna herramienta, sumérgelos en un barreño con vinagre de forma que queden sumergidos por completo. Deja en remojo durante 5 o 10 minutos para que los ácidos del vinagre actúen correctamente y conseguirás eliminar el óxido del acero sin esfuerzo. Después, retira los objeto del vinagre y enjuágalos con abundante agua. Por último, sécalos con un paño de microfibra a ser posible.
Para retirar manchas de óxido más pequeñas, o para realizar una limpieza general de superficies grandes, diluye una taza de vinagre con otra de agua en una botella con pulverizador. Después, esparce la mezcla sobre la zona a tratar y retírala a continuación con una esponja suave humedecida con agua. Seca muy bien la superficie y el acero inoxidable habrá quedado como nuevo.
Otro de los trucos para quitar el óxido del acero es utilizar una lima o un limón, ambos muy eficaces para este fin, sobre todo si se trata de manchas recientes y no están muy incrustadas. Para ello, corta uno de estos cítricos en dos mitades y restriega una de ellas por la zona afectada. Deja que actúe durante unos minutos, frota con una esponja húmeda y seca la superficie para un resultado impecable.
El ácido oxálico es perfecto también para quitar el óxido del acero inoxidable. En este caso, se trata de un producto industrial específico para ello, pero es seguro y su eficacia está garantizada. Además, tendrás la tranquilidad de poder utilizarlo sin esfuerzo asegurando un resultado inmediato.
Solo tienes que adquirir un producto industrial que contenga ácido oxálico, pero recuerda que los más sencillos de utilizar son los que se presentan en forma de crema. Para una correcta utilización, basta con aplicarlos sobre la superficie oxidada y dejar que actúen durante unos minutos. Después, retira con un paño suave, limpio y seco.
Por último, los decapantes y desincrustantes también nos servirán para eliminar el óxido del acero, pero son productos más potentes y pueden resultar abrasivos, por lo que te recomendamos que solo los utilices sobre manchas antiguas y difíciles de limpiar. Si eliges estos productos, asegúrate de que sean aptos para acero inoxidable, y sigue siempre las instrucciones del fabricante al pie de la letra.
Ahora que conoces estos trucos para quitar el óxido del acero inoxidable en general, ya puedes emplearlos sobre tus electrodoméstico u otros objetos de tu hogar.
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