Se suelen vender en tiendas online, cuestan entre 15 y 30 euros y se ponen nombres como “ahorrador de energía” o “Saver box”. Estos aparatos, que tienen la apariencia de un cargador de móvil o de un ambientador de enchufe, afirman que eliminan los picos de tensión y que reducen el desperdicio de energía y el consumo de los aparatos del hogar.Algunos prometen reducir la factura de la luz hasta un 90% con simplemente enchufarlos a una toma de corriente… una afirmación exagerada en todo caso porque, aunque de verdad redujeran el consumo de energía, este es solo una parte de la factura, no toda. Hay otros apartados, como la potencia contratada, sobre los que no pueden influir: la tendrás que pagar tanto si consumes como si no.
¿Es verdad que consiguen reducir el consumo? Pues por lo que hemos comprobado, no pueden abaratar la factura eléctrica: estos dispositivos ahorradores #NoCuelan.
¿En qué se basan estos dispositivos presuntamente ahorradores? ¿Cómo pretenden ayudarte a pagar menos? Según sus fabricantes lo consiguen aprovechando la energía residual que normalmente se desperdicia. Su principio de funcionamiento no es nada revolucionario: un pequeño condensador captura la energía reactiva devolviéndola a la red general para que sea consumida.
La energía reactiva es un efecto que se produce en el circuito, pero que no influye en la cantidad de electricidad que realmente se consume. Los contadores domésticos no la contabilizan: es como la espuma de la cerveza, que aumenta el volumen en el vaso, pero solo de forma aparente.
Estos dispositivos "energy savers" o ahorradores de energía no tienen ningún efecto sobre el consumo de potencia “real”, que es el que registra el contador y que pagas en la factura.
Debes saber que en los contratos de electricidad domésticos no se paga por la energía reactiva. A las grandes industrias, cuya maquinaria produce mucha energía reactiva, sí se les cobra. Por eso, en esos casos puede ser útil colocar unos condensadores de este tipo, pero no estamos hablando de consumidores, sino de una escala mucho mayor.
En una casa, lejos de ahorrar, recurriendo a uno de estos aparatitos se gasta más dinero: lo que cuesta comprarlos más lo que consume la lucecita que suelen llevar. En OCU ya los analizamos hace años, llegando a la misma conclusión, pero parece que en estos tiempos de dificultades económicas y energéticas resurgen en busca de nuevos clientes, aprovechándose de los consumidores peor informados.
Si lo que quieres es ahorrar en tu factura de la luz, desde OCU te recordamos que, incluso en la actual situación de precios disparados, tienes otras opciones:
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